Así es, varios alcaldes que ya cumplieron tres períodos o más se han unido para buscar la forma de atornillarse en sus sillones alcaldicios y seguir percibiendo millonarios sueldos.
Parece que estos patriarcas no tomaron en cuenta el estallido de octubre que, a toda voz, pedían cambios y, uno de ellos y, quizás el prioritario, era el cambio de los políticos que se han apernado en sus “sacrificadas ocupaciones”, solo para llenarse los bolsillos del dinero de los contribuyentes o coimas de las grandes empresas.
¿Cuál podría ser la herramienta para llevar a cabo este fraude? Solo podrían recurrir al Tribunal Constitucional, pero, ¿para qué? ¿Para que esta instancia acepte defender sus “derechos al trabajo”? ¿Y la gente nueva, con nuevas ideas y con diferente manera de gobernar?
Se deja por escrito: “Si, hipotéticamente” estos verdaderos mafiosos lograran su objetivo, ojalá pille a los chilenos confesados para afrontar lo que vendrá…
Hay que hacer ver que el alcalde de esta comuna, Luis Pezoa, no entra en este grupo de crápulas, ya que hace 4 años, en una entrevista a este diario, anunció que no volvería a postularse porque no le hacía bien a él “encariñarse con el poder”, ni le hacía bien a la democracia