En efecto, valientemente, Marco Quintanilla, emulando a su colega Eduardo Astorga osó, tal vez aprovechando que no estaba presente el alcalde, referirse al escándalo de La Colorada solicitando que para la próxima sesión del Concejo, se explique porqué esta faena sigue trabajando a pesar de estar clausurada como le contestó, algo molesto, el alcalde al concejal Astorga quién, en la sesión anterior, había hecho la misma pregunta a la primera autoridad de la comuna.
Quintanilla pidió un informe sobre las medidas tomadas para que esta clausura se cumpla, como por ejemplo: Cuál ha sido el actuar de la Dirección de Inspección, la fecha que se le envió a carabineros el decreto de clausura y los motivos por los cuales hasta el día de hoy sigue trabajando
Es positivo que concejales estén tomando muy en serio su rol de fiscalizadores, máximo cuando la ciudadanía comienza a pensar que éste es un pueblo sin ley y el más fuerte hace lo que se le ocurre sin que le caiga el peso de la ley.
Casualmente en esta misma sesión, se trató la limpieza de las veredas del pueblo y se manifestó que cada residente debe barrer su vereda, de lo contrario, manifestó el Director de Aseo y Ornato, de Inspección y otros cargos que ostenta, que estaba todo organizado para inspeccionar e infraccionar a los vecinos que no cumplan con la ordenanza.
Que sabio el personaje Martín Fierro cuando dijo: “La ley es como la tela de una araña, atrapa al bicho chico (“una mosca” equivalente a vecino) y la rompe bicho grande (“caballo” equivalente a los que, ilegalmente, explotan La Colorada)