«Nosotros veíamos a los tipos, de repente (…) nos decían que andaban armados, veíamos las pistolas, sabíamos que en algún momento iba a pasar, y ahora que ya pasó, recién se van a tomar medidas».
De esta manera, Felipe Monje, viudo de Carolina Carreño, la crupier que murió este domingo luego de que el veterinario Osvaldo Campos iniciara una balacera en Monticello, denunció que la gerencia sabía de los clientes que ingresaban armados al recinto.
En entrevista con El Mercurio, el empleado del casino agregó que «le habíamos dicho a la gerencia que algo así iba a pasar».
«Prácticamente lo tomaban como que fuera algo normal, como que no había ocurrido nada, pero como ya empezaron a ocurrir episodios ahora sí tomaron cartas en el asunto y, esa es la mayor rabia que tenemos nosotros», acotó.
Respecto al rol de la Superintendencia de Casinos, Monje recalcó que «tiene mucho que ver en esto. Se están lavando las manos, están súper callados, no han dicho nada».
«Prácticamente lo tomaban como que fuera algo normal. Como nunca había ocurrido nada. Pero como ya empezaron a ocurrir episodios, ahora sí tomaron cartas en el asunto, y esa es la mayor rabia que tenemos nosotros», puntualizó.
En esa misma línea, el hombre enfatizó que «cuántas veces dijimos que se deberían poner pórticos detectores de metales, para que no pasaran armas dentro del casino. Pero aquí en Chile siempre se actúa después que las cosas ocurren«.