Coleros le llaman a los que en la ferias libres se colocan a continuación de la venta de alimentos vendiendo infinidad de cosas: ropas, zapatos, artículos eléctricos, pilas, remedios, etc… Son gente honrada, en su gran mayoría, que ha sido despedida de sus trabajos y reemplazada por inmigrantes, en esta alianza de la izquierda que no defiende a quienes votaron por ellos y una derecha que se aprovecha de la oportunidad para “bajar costos” con mano laboral barata. “La Derecha y la Izquierda unidas, jamás serán vencidas” Nicanor Parra.
Esta absurda política de inmigración implantada por la Bachelet, Zaldívar, curas, ONGs, obedeciendo a políticas internacionales y con grave perjuicio a nuestros compatriotas, está cambiando nuestras costumbres, regalando nuestros recursos (gente con SIDA de Venezuela y otros países viene a tener tratamiento gratis en CHILE, tratamientos carísimos) en salud, vivienda, educación (tienen prioridad los extranjeros), etc… A eso se suma nuevas tácticas delictuales, aumento del consumo de drogas que viene del extranjero y enfermedades diversas.
Por decir esta verdad del porte de una Catedral, algunos “cándidos” y otros no tan cándidos, nos tratan de xenófobos, racistas, homofóbicos y otros epítetos, sacados del manual del alborotador o del corrupto, para justificar esta inmigración ilegal, en vez de abrir los ojos ante una realidad y contestar con argumentos inteligentes y honestos. No pueden.
Algunos políticos sacan cuenta de cuantos votos puede sumar para lograr el mayor negocio político del mundo: ser Alcalde, Concejal, Diputado, Senador o Presidente en CHILE.
Entonces los coleros son una muestra más del daño que han hecho a sus votantes los partidos de Izquierda y del que se aprovecha la Derecha en sus negocios, porque el negocio estará en ellos por sobre todo. Lenin dijo: ”El burgués vende la cuerda con que se le va a ahorcar”. ¡Cuánta razón tenía y tiene!
El resultado son los Coleros, las tomas, la indignación popular ante los problemas en salud, vivienda y educación y la pérdida de confianza en los políticos y las Instituciones del Estado, ya que cuando la corrupción viene de arriba es como un dique que se rompe y arrasa con todos los principios éticos y morales y los más indefensos pagan el precio y las consecuencias.
El ser solidario con la desgracia que sufren otros ciudadanos del mundo, no significa abrir las puertas de nuestra casa y entregar el fruto del esfuerzo de nuestros antepasados. Por algo existen Constitución y fronteras que respetar y el deber primero es cuidar el futuro de nuestros hijos y de nuestra Patria. Aunque eso signifique que algunos pierdan sus prebendas en la ONU y otros lugares, PORQUE A LA PATRIA SE SIRVE Y NO HAY QUE SERVIRSE DE LA PATRIA.
San José de Maipo, 19.1.2019. Juan Carlos Edwards Vergara