No cabe duda que el objetivo de los sanguinarios asesinos de los tres carabineros era empañar el día que se conmemora el aniversario de Carabineros de Chile, por lo que lleva a pensar si no hubiese sido mejor no suspender el programa y conjugar el luto con el homenaje demostrando que la delincuencia no tiene el poder de detener al país… Tal vez así lo hubieran querido los tres mártires que dieron su existencia cuidando la vida de la población.
O quizás, debió haberse emulado el proceder de la triste tragedia ferroviaria de Alpatacal sucedida en Mendoza, Argentina, el año 1927, donde perdieron la vida dos cadetes y 31 quedaron heridos, pero que no les impidió desfilar estoicamente arrancando los aplausos y admiración de los bonaerenses y sentando el precedente de que no hay hecho o tragedia que trunque la voluntad del pueblo chileno.
Hubiera sido conmovedor ver a nuestros carabineros celebrando su día a pesar de lo ocurrido, hubiera sido, tal vez, un saludo fraternal a los que ahora desde arriba nos cuidan.
