(por Zeus)
En el debate sobre la seguridad ciudadana, ha surgido una discusión que divide opiniones: la posibilidad de que los municipios armen a sus inspectores con armas no letales. Si bien la creciente violencia delictual hace que esta medida parezca una solución necesaria, también plantea serias dudas sobre los riesgos que podría implicar en manos de autoridades locales con escasa fiscalización, este medio recientemente publicó un artículo que es aconsejable leer…
Uno de los principales problemas radica en el poder absoluto con el que muchos alcaldes administran sus comunas. En reiteradas ocasiones, se han denunciado casos de corrupción, nepotismo e incluso vínculos con el crimen organizado por parte de autoridades municipales. La falta de control efectivo por parte de los concejales y el insuficiente alcance de la Contraloría General de la República han permitido que ciertas gestiones se desarrollen sin la debida supervisión.
Antes de avanzar en la dotación de armas no letales a los inspectores municipales, sería fundamental la creación de un organismo independiente con capacidad de fiscalizar directamente la administración local. Este ente podría recibir denuncias tanto de concejales como de ciudadanos, garantizando un control más estricto y efectivo sobre las acciones de los alcaldes. Adicionalmente, para evitar abusos, las denuncias falsas deberían ser severamente sancionadas.
Es innegable que la seguridad es una preocupación urgente, pero entregar herramientas de control coercitivo a las municipalidades sin una fiscalización adecuada podría abrir la puerta a nuevos problemas. La solución no solo debe considerar la represión del delito, sino también el fortalecimiento de la institucionalidad y la transparencia en la gestión local.