Es paradójico ver a una autoridad como el alcalde, Roberto Pérez, empresario que siempre ha cumplido con las obligaciones laborales, que mantenga (fue nombrado por Luis Pezoa) como director de la corporación a un descarado que, después de 30 años que explotó a sus trabajadores, los deja cesante sin aviso previo y, lo peor, sin cancelarles sueldos y leyes sociales.
A Marcelo Alonso Heredia, con los bolsillos lleno de dinero, no le importó las vicisitudes que debieron afrontar esos trabajadores que tenían que saber cómo alimentar a sus hijos sin sueldo ni imposiciones que les permitiera conseguir prestamos o atención médica.
El señor Alonso, como director de la Corporación, con su voto, decide los destinos de esa institución que tiene a su cargo las más importantes tareas que sirven a la comunidad: EDUCACIÓN Y SALUD.
Es impresentable que el alcalde, Roberto Pérez Catalán, que milita en el partido radical, mantenga a este descarado militante de la UDIcomo director de la corporación. Ahora, si este hombre fuera un aporte a su gestión, bueno, no importaría al partido que perteneciera, pero es todo lo contrario: “Ensombrece su gestión”.