La alcaldía es una institución democrática a la que se le debe absoluto respeto, como a todo cargo elegido por el pueblo.
Sería nefasto destituir al alcalde si no se poseen cargos suficientemente graves para hacerlo, de lo contrario, puede convertirse en una costumbre destituir alcaldes por razones políticas o de intereses de grupos desatando la anarquía en la comuna.
Este mes se conmemora 50 años del quiebre de la democracia y ese lamentable suceso que tanto dolor causó a la comunidad, debe ser la razón para recurrir all diálogo con el fin de enmendar el rumbo de la comuna.