Todos hemos sabido de lo sucedido con los profesores de la comuna. El factor común en el parecer de la comunidad cajonina es la rabia. Sí, rabia por ver que los perjudicados finalmente son los niños y adolescentes de San José de Maipo. Efectivamente, aquí no salen heridos los adultos, los que se supone deben velar por el bien común, no, salen afectados los educandos. Es verdad que los profesores también están siendo nuevamente pasados a llevar, ¿cómo es posible que un profesional que se desvive por sus alumnos no pueda tener el beneficio de la salud? ¿Hay mayor injusticia?
Vox populi es el conocimiento de algunas deficiencias de infraestructura de algunas escuelas de la comuna ¿Cómo es posible que escuelas rurales, con alto índice de vulnerabilidad, no tengan los adecuados aportes del estado? No es noticia entre los vecinos que los profesores de nuestros establecimientos educacionales se la juegan 100% por sus alumnos, siendo pedagogos, enfermeros, sicólogos, asistente sociales y hasta financistas de los muchachos y muchachas. Los docentes gracias al plan de la carrera docente alcanzaron tramos de sueldos que los beneficiaron en relación al pasado, pero indigna ver que autoridades que no están en el día a día de la educación, sentados en sus escritorios, ganen suculentas cantidades de dinero y más aún haciendo mal su trabajo. ¿El mundo al revés? Sí, al revés y hace rato. Mientras en el Mineduc y en las corporaciones educacionales viven en el Olimpo, haciendo papers de alto nivel académico inaplicables para la realidad educacional pública, los profesores lidian con problemas de salud mental importantes, alumnos depresivos e incluso suicidas, incluyendo padres con los mismos problemas. El Olimpo del Mineduc y las autoridades educativas están totalmente desconectadas de la realidad en los colegios. Hay apoderados que donan estufas y balones de gas para que los niños no tengan frío en las salas. Lo hacen sabiendo que no les corresponde, pero prefieren solucionar así el problema en beneficio de sus hijos, puesto que una respuesta del Estado será tardía o inexistente.
Indignación es la palabra que se siente en la opinión pública cajonina. Indignación por ver que el bien común dejó de importar. Molestia por ver que las autoridades de turno no están allí por sus cualidades profesionales y son eso, de turno, hasta que pase el siguiente, por ser conocido de o amigo de. Mientras tanto los niños y jóvenes están siendo mal preparados académicamente simplemente por ser pobres.
¿Y los profesores? El vocero del Liceo Polivalente, José Quiroz, nos indica que hay un documento emanado por la Corporación buscando un acuerdo con algunos planteamientos al respecto. Pero es de lógica básica que así no se soluciona el problema de fondo, como se mencionó en la ultima sesión del Concejo Municipal. Claro, porque el tema es la crisis económica municipal, sus razones, el destino de los dineros que no llegan al puerto pertinente y los responsables de todo aquello.
Finalmente, los docentes están a media máquina como se dice en buen chileno, esperando pagos de octubre, no han perdido el beneficio de la salud, pero lo ven amenazado, y respecto a la previsión, se dice que a principios del 2023 se regularizarían sus pagos. De todas formas la movilización no se detendrá hasta que se concreten los famosos pagos de octubre. Y como corolario pensamos en la justicia, ¿dónde está?, ¿existe?.